El síndrome del Burnout es conocido por afectar a miles de personas que pasan por periodos de estrés muy intensos, lo sufren empleados de empresas y también mamás y papás.
Cuando la maternidad llega a nuestras vidas, miles de cambios aterrizan también, provocando en muchas ocasiones un tipo de agotamiento y estrés al que no estábamos acostumbrados.
¿Cómo podemos identificar si estamos atravesando por este síndrome?
-Cansancio físico y mental. Dificultad para pensar con claridad.
-Aislamiento social, pérdida de interés y/o motivaciones.
-Disminución del apetito, nada se te antoja.
-Insomnio, dificultad para conciliar el sueño o despertares.
-Angustia constante, sentirse nervioso o ansioso.
¿Por qué nos sucede esto a las mamás?
Una de las principales razones es la presión que sentimos por llevar una maternidad “ideal o perfecta”, además de la responsabilidad de cumplir con tareas del trabajo, casa, escuelas, y los fines de semana lograr mantener entretenidos y divertidos a todos en casa.
Todo esto hace que nuestra mente esté trabajando todo el tiempo pensando en qué hacer no solo en ese momento, sino también planificando las actividades de todo el día y la semana para que el tiempo rinda bien.
Pero bueno, hay cosas que no podemos dejar de hacer y tampoco se trata de quejarnos de todo sino de encontrar un equilibrio que nos permita sentirnos a gusto y disfrutar de nuestra maternidad.
¿Cómo podemos las mamás evitar que esto nos afecte?
1.- Lo más importante de todo es, pedir ayuda profesional si vemos que la situación y el sentimiento por el que estamos atravesando es demasiado intenso y no vemos salida.
2.- Pedir ayuda a tu círculo cercano y de confianza para tomarnos un descanso cuando lo necesitemos. Esto nos da mucha pena siempre, el pensar “cómo le voy a pedir a mi amiga que cuide a mi bebé si no es su hijo, es mío y es mi responsabilidad”. Te aseguro que cualquier buena amiga/amigo/familiar, va a estar más que feliz de pasar un rato con tu bebé y regalarte un momento de descanso.
3.- Comparte tus emociones con tu pareja, amigos y familia, hablar siempre va a ayudar a encontrar soluciones y a sentirnos entendidos y reconfortados.
4.- Busca siempre un momento en tu agenda para hacer algo que disfrutas y te permite desconectarte, puede ser leer un libro, pintar, hornear, escuchar música o simplemente tomarte una siesta.
Y recuerda que NO ESTÁS SOLA, que se vale sentirse así, que no tienes que estar perfectamente bien todo el tiempo y sobre todo que siempre habrá alguien que te quiera ayudar.